La liga ACT es la liga de remo creada por la Asociación de clubes de Traineras (ACT) como primera división del remo en el Cantábrico. La Liga ACT nació el 2 de julio de 2003 tras el acuerdo alcanzado por los Gobiernos de las Comunidades Autónomas de Galicia , Cantabria , Euskadi y Asturias ,
para apoyar e impulsar una disciplina deportiva que forma parte de la
historia de los pueblos del norte de España. En el año 2006, tras un
acuerdo de patrocinio con la empresa Mahou-San Miguel, la Liga ACT
cambió su nombre por el de Liga San Miguel.
Para evitar la fuga masiva de remeros a clubes con alto poder económico y
con objeto de potenciar la cantera se establece un cupo de mínimo 7
remeros propios, entendiéndose como propios aquellos que han estado 3
años
TODOREMO. com
canción
miércoles, 9 de diciembre de 2015
miércoles, 2 de diciembre de 2015
el ergómetro
Un ergómetro o remoergómetro es una máquina para realizar una simulación de la acción de remar, con propósito de realizar ejercicio o entrenar para remo Los ergómetros disponen de una pantalla digital en la cual muestran
diversas medidas como pueden ser: el tiempo (puede ser cuenta atrás o
normal, en intervalos de tiempo...), la distancia (intervalos de tiempo,
distancia decreciendo o aumentando...), una medición del tiempo o los
metros que se realizarán si se continua como en ese momento, la cadencia
de paladas por minuto, la potencia desarrollada en vatios, el trabajo
realizado en calorías, el ritmo cardiaco, etc.... El remo indoor ha llegado a establecerse como un deporte aparte.
Entrenamientos
Los entrenamientos , son : los martes , miércoles , jueves, viernes por la tarde de 6: 45 a 8:30 , y los sábados de 11:30 a 12:30 , más las regatas , Normalmente se sale a remar siempre , menos cuando llueve mucho , si eso pasa nos quedamos dentro de la nave haciendo érgometro o estando en el gimnasio
jueves, 19 de noviembre de 2015
Club de remo Coruxo
El club de remo de Corúxo es una entidad deportiva establecida en Vigo , fundada en 1989 , y actualmente compite en todas las categorías de la liga gallega A desde cadetes de 2º año para arriba , actualmente tiene su sede al lado de la finca de Miranbel , donde se a extendido para albergar un gimnasio, los vestuarios , un foso de prácticas y una pequeña nave para guardar las embarcaciones. Desde hace 3 temporadas está participando en competiciones y regatas a nivel nacional , consiguiendo importantes resultados . Actualmente cuenta el club con 2 traineras , 2 traineriñas , y 5 bateles .
miércoles, 18 de noviembre de 2015
la liga noroeste de traineras
La Liga noroeste de Traineras o Liga de San Miguel , es una liga de remo donde se mezclan diferentes clubes de remo de Galicia y Asturias , como el Mondariz , el Mugardos o el Bueu , y Tirán de Galicia , y también se incluye el Club de mar de Catropol , de Asturias entre otros equipos . Normalmente , inscribirse en esta liga , cuesta 10.000 euros , estos clubes deben tener una economía para poder pagar estas cantidades de dinero , y también para poder mantener las instalaciones ,las traineras y los remos en buenas condicione, contando con los gastos de desplazamiento por España .
lunes, 16 de noviembre de 2015
regata de la bandera de Santa Teresa
el Coruxo , quedó 2º en esta regata de la bandera de Santa Teresa de 55 minutos , con un tiempo bastante bueno , actualmente el Coruxo va 5º quinto en la liga gallega A , con unos tiempos buenos por delante de clubes como el Bueu o el Mugardos
jueves, 12 de noviembre de 2015
Caso Urdibai
este es un caso judicial en el que están implicado un pequeño club de remo llamado Urdibai y un médico , en el que este club al no ganar casi ninguna regata , y peligrar su economía , que no podía sostener , decidió ganar las regatas de forma ilegal , inyectando a los remeros de la plantilla varias sustancias como anfetaminas dexametasona, , entre
otras sustancias estimulantes, y hormonas, algunas de las cuales pueden
ocasionar graves trastornos de salud e incluso pueden llegar a provocar
la muerte. En este caso están imputados el entrenandor, el médico algunos y remeros .
Un
remero de Urdaibai en 2010, cuando supuestamente el club administraba
sustancias prohibidas a sus deportistas, afirmó que se les inyectaba
diariamente más de ocho sustancias, gracias a lo cual remontaron su
malos resultados y ganaron la Liga ACT, además de la Bandera de La
Concha.
En el juicio que ha comenzado contra la presunta red de dopaje organizada por ese club de remo de Bermeo han declarado los 10 acusados, entre los que se encuentran el presidente, el entrenador, el médico y la enfermera de Urdaibai cuando ocurrieron los hechos, junto a otras seis personas, y también ha comparecido como testigo protegido un remero de esa embarcación.
"Nos pinchaban en la vena, en el hombro, en la tripa, en el culo...", y preparaban "más de ocho jeringuillas, mucho más" para cada remero que se administraban después de los entrenamientos, así como también antes y después de cada prueba, ha indicado el testigo.
Era el propio entrenador, José Manuel Francisco, y la enfermera del club, Arantza Ormaza, quienes solían administrarles ese cóctel de sustancias asegurando a los deportistas que eran vitaminas y hierro, aunque los miembros del equipo sospechaban que no era así.
Relató que un día, después de recibir esas inyecciones, comenzó a sentirse "muy mal, con vómitos, mareos y temblores" y comunicó al club su decisión de no volver a aceptar que se le administrara nada más, tras lo cual el deportista fue apartado del grupo y fue presionado por el entrenador.
Esas prácticas comenzaron cuando ese año llegó la nueva directiva con un nuevo entrenador que les obligaba a pasar por la enfermería a "comer para poder crecer", según les decía metafóricamente mientras les aseguraba que eran "métodos novedosos" dentro de la medicina deportiva y que tenían suerte de estar en un club que lo podía pagar, ha denunciado el deportista.
Tras varias semanas sin inyectarse, en agosto de ese año visitó el club un médico "que se presentó como profesor de la Universidad de Extremadura", Marcos Maynar, quién dijo que "estaba ahí para ayudar a Urdaibai a ganar la Bandera de La Concha y que no cobraría nada si no lo conseguía".
El mismo Maynar, según el testigo protegido, procedió a pinchar a todos los deportistas ayudado por el entrenador, y él mismo accedió a "poner el brazo otra vez", porque confió en la profesionalidad del médico.
Sin embargo, se repitieron sus mareos y vómitos, y decidió no volver a acceder a que le inyectaran porque "se sintió como una víctima" y que se estaban "aprovechando" de él.
Ha señalado que hasta la llegada de Maynar el club tuvo resultados "malos" en la primera parte de la temporada de regatas pero que, cuando comenzaron a multiplicarse los pinchazos, Urdaibai remontó hasta conquistar la liga y que ganaron "sobrados" la Bandera de La Concha.
En la prueba de San Sebastián, como en otras competiciones, el club llevaba dos furgonetas, una de ellas con cristales blindados, donde se les inyectaba antes y después de remar.En su declaración, Maynar ha asegurado que fue a Bermeo en viaje familiar, que sólo asesoró al entrenador sobre la posibilidad de que sus remeros estuvieran recibiendo un entrenamiento demasiado duro y que prestó al club una máquina para hacer análisis específicos.
Ha negado que enviara paquetes con sustancias dopantes al club y que recibiera por ello varias transferencias bancarias, al tiempo que ha asegurado que en realidad él había prescrito esas sustancias para otros fines como un medicamento para la alergia de su hija, otro para la atrofia de testículos que él mismo consumía porque su mujer quería tener un hijo, y otro más para un caballo que había comprado.
El médico del club esa temporada, Borja Garay, ha reconocido que inyectó algunas sustancias como efedrina y carnicor, que había dejado pautadas un anterior facultativo de Urdaibai sin hacer ningún tipo de comprobación de las analíticas de los deportistas y que las compró en la farmacia de su cuñada sin receta médica.
Otra de las acusadas, la esposa de un agente del Cuerpo Nacional de Policía que anteriormente había sido ciclista, ha reconocido que aquel mes de agostó envió tres paquetes con EPO (Eritropoyetina) y Darbepoetina a una entidad bancaria de Bermeo en la que trabajaba el presidente de Urdaibai, Josu Zabalondo, y que por ello recibió 2.400 euros del club.
Los 10 acusados se enfrentan a una petición de pena de la Fiscalía de dos años y seis meses de prisión por la comisión de un delito continuado contra la salud pública, y se pide un año más para el que fuera médico del club en ese momento, por falsificación de documento.
La Fiscalía sostiene que administraron a los remeros eritropoyetina (EPO), dexametasona, nandrolona, hormona luteinizante y tetracosactina, entre otras sustancias estimulantes y hormonas, algunas de las cuales pueden ocasionar graves trastornos de salud e incluso pueden llegar a provocar la muerte.
El Ministerio Fiscal inició una investigación de oficio sobre el supuesto dopaje en Urdaibai tras unas acusaciones del preparador de la sociedad de remo Kaiku de Sestao, José Luis Korta, al término de la celebración hace cinco años de la Bandera de la Concha de San Sebastián, y el propio Korta se ha personado en este juicio como acusación popular, con una petición de penas superior a la del ministerio público.
Leer más: Dopaje remero Urdaibai: "Nos pinchaban más de ocho jeringuillas diarias" - MARCA.comor los elevados costess
En el juicio que ha comenzado contra la presunta red de dopaje organizada por ese club de remo de Bermeo han declarado los 10 acusados, entre los que se encuentran el presidente, el entrenador, el médico y la enfermera de Urdaibai cuando ocurrieron los hechos, junto a otras seis personas, y también ha comparecido como testigo protegido un remero de esa embarcación.
"Nos pinchaban en la vena, en el hombro, en la tripa, en el culo...", y preparaban "más de ocho jeringuillas, mucho más" para cada remero que se administraban después de los entrenamientos, así como también antes y después de cada prueba, ha indicado el testigo.
Era el propio entrenador, José Manuel Francisco, y la enfermera del club, Arantza Ormaza, quienes solían administrarles ese cóctel de sustancias asegurando a los deportistas que eran vitaminas y hierro, aunque los miembros del equipo sospechaban que no era así.
Relató que un día, después de recibir esas inyecciones, comenzó a sentirse "muy mal, con vómitos, mareos y temblores" y comunicó al club su decisión de no volver a aceptar que se le administrara nada más, tras lo cual el deportista fue apartado del grupo y fue presionado por el entrenador.
Esas prácticas comenzaron cuando ese año llegó la nueva directiva con un nuevo entrenador que les obligaba a pasar por la enfermería a "comer para poder crecer", según les decía metafóricamente mientras les aseguraba que eran "métodos novedosos" dentro de la medicina deportiva y que tenían suerte de estar en un club que lo podía pagar, ha denunciado el deportista.
Tras varias semanas sin inyectarse, en agosto de ese año visitó el club un médico "que se presentó como profesor de la Universidad de Extremadura", Marcos Maynar, quién dijo que "estaba ahí para ayudar a Urdaibai a ganar la Bandera de La Concha y que no cobraría nada si no lo conseguía".
El mismo Maynar, según el testigo protegido, procedió a pinchar a todos los deportistas ayudado por el entrenador, y él mismo accedió a "poner el brazo otra vez", porque confió en la profesionalidad del médico.
Sin embargo, se repitieron sus mareos y vómitos, y decidió no volver a acceder a que le inyectaran porque "se sintió como una víctima" y que se estaban "aprovechando" de él.
Ha señalado que hasta la llegada de Maynar el club tuvo resultados "malos" en la primera parte de la temporada de regatas pero que, cuando comenzaron a multiplicarse los pinchazos, Urdaibai remontó hasta conquistar la liga y que ganaron "sobrados" la Bandera de La Concha.
En la prueba de San Sebastián, como en otras competiciones, el club llevaba dos furgonetas, una de ellas con cristales blindados, donde se les inyectaba antes y después de remar.En su declaración, Maynar ha asegurado que fue a Bermeo en viaje familiar, que sólo asesoró al entrenador sobre la posibilidad de que sus remeros estuvieran recibiendo un entrenamiento demasiado duro y que prestó al club una máquina para hacer análisis específicos.
Ha negado que enviara paquetes con sustancias dopantes al club y que recibiera por ello varias transferencias bancarias, al tiempo que ha asegurado que en realidad él había prescrito esas sustancias para otros fines como un medicamento para la alergia de su hija, otro para la atrofia de testículos que él mismo consumía porque su mujer quería tener un hijo, y otro más para un caballo que había comprado.
El médico del club esa temporada, Borja Garay, ha reconocido que inyectó algunas sustancias como efedrina y carnicor, que había dejado pautadas un anterior facultativo de Urdaibai sin hacer ningún tipo de comprobación de las analíticas de los deportistas y que las compró en la farmacia de su cuñada sin receta médica.
Otra de las acusadas, la esposa de un agente del Cuerpo Nacional de Policía que anteriormente había sido ciclista, ha reconocido que aquel mes de agostó envió tres paquetes con EPO (Eritropoyetina) y Darbepoetina a una entidad bancaria de Bermeo en la que trabajaba el presidente de Urdaibai, Josu Zabalondo, y que por ello recibió 2.400 euros del club.
Los 10 acusados se enfrentan a una petición de pena de la Fiscalía de dos años y seis meses de prisión por la comisión de un delito continuado contra la salud pública, y se pide un año más para el que fuera médico del club en ese momento, por falsificación de documento.
La Fiscalía sostiene que administraron a los remeros eritropoyetina (EPO), dexametasona, nandrolona, hormona luteinizante y tetracosactina, entre otras sustancias estimulantes y hormonas, algunas de las cuales pueden ocasionar graves trastornos de salud e incluso pueden llegar a provocar la muerte.
El Ministerio Fiscal inició una investigación de oficio sobre el supuesto dopaje en Urdaibai tras unas acusaciones del preparador de la sociedad de remo Kaiku de Sestao, José Luis Korta, al término de la celebración hace cinco años de la Bandera de la Concha de San Sebastián, y el propio Korta se ha personado en este juicio como acusación popular, con una petición de penas superior a la del ministerio público.
Leer más: Dopaje remero Urdaibai: "Nos pinchaban más de ocho jeringuillas diarias" - MARCA.comor los elevados costess
Un
remero de Urdaibai en 2010, cuando supuestamente el club administraba
sustancias prohibidas a sus deportistas, afirmó que se les inyectaba
diariamente más de ocho sustancias, gracias a lo cual remontaron su
malos resultados y ganaron la Liga ACT, además de la Bandera de La
Concha.
En el juicio que ha comenzado contra la presunta red de dopaje organizada por ese club de remo de Bermeo han declarado los 10 acusados, entre los que se encuentran el presidente, el entrenador, el médico y la enfermera de Urdaibai cuando ocurrieron los hechos, junto a otras seis personas, y también ha comparecido como testigo protegido un remero de esa embarcación.
"Nos pinchaban en la vena, en el hombro, en la tripa, en el culo...", y preparaban "más de ocho jeringuillas, mucho más" para cada remero que se administraban después de los entrenamientos, así como también antes y después de cada prueba, ha indicado el testigo.
Era el propio entrenador, José Manuel Francisco, y la enfermera del club, Arantza Ormaza, quienes solían administrarles ese cóctel de sustancias asegurando a los deportistas que eran vitaminas y hierro, aunque los miembros del equipo sospechaban que no era así.
Relató que un día, después de recibir esas inyecciones, comenzó a sentirse "muy mal, con vómitos, mareos y temblores" y comunicó al club su decisión de no volver a aceptar que se le administrara nada más, tras lo cual el deportista fue apartado del grupo y fue presionado por el entrenador.
Esas prácticas comenzaron cuando ese año llegó la nueva directiva con un nuevo entrenador que les obligaba a pasar por la enfermería a "comer para poder crecer", según les decía metafóricamente mientras les aseguraba que eran "métodos novedosos" dentro de la medicina deportiva y que tenían suerte de estar en un club que lo podía pagar, ha denunciado el deportista.
Tras varias semanas sin inyectarse, en agosto de ese año visitó el club un médico "que se presentó como profesor de la Universidad de Extremadura", Marcos Maynar, quién dijo que "estaba ahí para ayudar a Urdaibai a ganar la Bandera de La Concha y que no cobraría nada si no lo conseguía".
El mismo Maynar, según el testigo protegido, procedió a pinchar a todos los deportistas ayudado por el entrenador, y él mismo accedió a "poner el brazo otra vez", porque confió en la profesionalidad del médico.
Sin embargo, se repitieron sus mareos y vómitos, y decidió no volver a acceder a que le inyectaran porque "se sintió como una víctima" y que se estaban "aprovechando" de él.
Ha señalado que hasta la llegada de Maynar el club tuvo resultados "malos" en la primera parte de la temporada de regatas pero que, cuando comenzaron a multiplicarse los pinchazos, Urdaibai remontó hasta conquistar la liga y que ganaron "sobrados" la Bandera de La Concha.
En la prueba de San Sebastián, como en otras competiciones, el club llevaba dos furgonetas, una de ellas con cristales blindados, donde se les inyectaba antes y después de remar.En su declaración, Maynar ha asegurado que fue a Bermeo en viaje familiar, que sólo asesoró al entrenador sobre la posibilidad de que sus remeros estuvieran recibiendo un entrenamiento demasiado duro y que prestó al club una máquina para hacer análisis específicos.
Ha negado que enviara paquetes con sustancias dopantes al club y que recibiera por ello varias transferencias bancarias, al tiempo que ha asegurado que en realidad él había prescrito esas sustancias para otros fines como un medicamento para la alergia de su hija, otro para la atrofia de testículos que él mismo consumía porque su mujer quería tener un hijo, y otro más para un caballo que había comprado.
El médico del club esa temporada, Borja Garay, ha reconocido que inyectó algunas sustancias como efedrina y carnicor, que había dejado pautadas un anterior facultativo de Urdaibai sin hacer ningún tipo de comprobación de las analíticas de los deportistas y que las compró en la farmacia de su cuñada sin receta médica.
Otra de las acusadas, la esposa de un agente del Cuerpo Nacional de Policía que anteriormente había sido ciclista, ha reconocido que aquel mes de agostó envió tres paquetes con EPO (Eritropoyetina) y Darbepoetina a una entidad bancaria de Bermeo en la que trabajaba el presidente de Urdaibai, Josu Zabalondo, y que por ello recibió 2.400 euros del club.
Los 10 acusados se enfrentan a una petición de pena de la Fiscalía de dos años y seis meses de prisión por la comisión de un delito continuado contra la salud pública, y se pide un año más para el que fuera médico del club en ese momento, por falsificación de documento.
La Fiscalía sostiene que administraron a los remeros eritropoyetina (EPO), dexametasona, nandrolona, hormona luteinizante y tetracosactina, entre otras sustancias estimulantes y hormonas, algunas de las cuales pueden ocasionar graves trastornos de salud e incluso pueden llegar a provocar la muerte.
El Ministerio Fiscal inició una investigación de oficio sobre el supuesto dopaje en Urdaibai tras unas acusaciones del preparador de la sociedad de remo Kaiku de Sestao, José Luis Korta, al término de la celebración hace cinco años de la Bandera de la Concha de San Sebastián, y el propio Korta se ha personado en este juicio como acusación popular, con una petición de penas superior a la del ministerio público.
Leer más: Dopaje remero Urdaibai: "Nos pinchaban más de ocho jeringuillas diarias" - MARCA.com
En el juicio que ha comenzado contra la presunta red de dopaje organizada por ese club de remo de Bermeo han declarado los 10 acusados, entre los que se encuentran el presidente, el entrenador, el médico y la enfermera de Urdaibai cuando ocurrieron los hechos, junto a otras seis personas, y también ha comparecido como testigo protegido un remero de esa embarcación.
"Nos pinchaban en la vena, en el hombro, en la tripa, en el culo...", y preparaban "más de ocho jeringuillas, mucho más" para cada remero que se administraban después de los entrenamientos, así como también antes y después de cada prueba, ha indicado el testigo.
Era el propio entrenador, José Manuel Francisco, y la enfermera del club, Arantza Ormaza, quienes solían administrarles ese cóctel de sustancias asegurando a los deportistas que eran vitaminas y hierro, aunque los miembros del equipo sospechaban que no era así.
Relató que un día, después de recibir esas inyecciones, comenzó a sentirse "muy mal, con vómitos, mareos y temblores" y comunicó al club su decisión de no volver a aceptar que se le administrara nada más, tras lo cual el deportista fue apartado del grupo y fue presionado por el entrenador.
Esas prácticas comenzaron cuando ese año llegó la nueva directiva con un nuevo entrenador que les obligaba a pasar por la enfermería a "comer para poder crecer", según les decía metafóricamente mientras les aseguraba que eran "métodos novedosos" dentro de la medicina deportiva y que tenían suerte de estar en un club que lo podía pagar, ha denunciado el deportista.
Tras varias semanas sin inyectarse, en agosto de ese año visitó el club un médico "que se presentó como profesor de la Universidad de Extremadura", Marcos Maynar, quién dijo que "estaba ahí para ayudar a Urdaibai a ganar la Bandera de La Concha y que no cobraría nada si no lo conseguía".
El mismo Maynar, según el testigo protegido, procedió a pinchar a todos los deportistas ayudado por el entrenador, y él mismo accedió a "poner el brazo otra vez", porque confió en la profesionalidad del médico.
Sin embargo, se repitieron sus mareos y vómitos, y decidió no volver a acceder a que le inyectaran porque "se sintió como una víctima" y que se estaban "aprovechando" de él.
Ha señalado que hasta la llegada de Maynar el club tuvo resultados "malos" en la primera parte de la temporada de regatas pero que, cuando comenzaron a multiplicarse los pinchazos, Urdaibai remontó hasta conquistar la liga y que ganaron "sobrados" la Bandera de La Concha.
En la prueba de San Sebastián, como en otras competiciones, el club llevaba dos furgonetas, una de ellas con cristales blindados, donde se les inyectaba antes y después de remar.En su declaración, Maynar ha asegurado que fue a Bermeo en viaje familiar, que sólo asesoró al entrenador sobre la posibilidad de que sus remeros estuvieran recibiendo un entrenamiento demasiado duro y que prestó al club una máquina para hacer análisis específicos.
Ha negado que enviara paquetes con sustancias dopantes al club y que recibiera por ello varias transferencias bancarias, al tiempo que ha asegurado que en realidad él había prescrito esas sustancias para otros fines como un medicamento para la alergia de su hija, otro para la atrofia de testículos que él mismo consumía porque su mujer quería tener un hijo, y otro más para un caballo que había comprado.
El médico del club esa temporada, Borja Garay, ha reconocido que inyectó algunas sustancias como efedrina y carnicor, que había dejado pautadas un anterior facultativo de Urdaibai sin hacer ningún tipo de comprobación de las analíticas de los deportistas y que las compró en la farmacia de su cuñada sin receta médica.
Otra de las acusadas, la esposa de un agente del Cuerpo Nacional de Policía que anteriormente había sido ciclista, ha reconocido que aquel mes de agostó envió tres paquetes con EPO (Eritropoyetina) y Darbepoetina a una entidad bancaria de Bermeo en la que trabajaba el presidente de Urdaibai, Josu Zabalondo, y que por ello recibió 2.400 euros del club.
Los 10 acusados se enfrentan a una petición de pena de la Fiscalía de dos años y seis meses de prisión por la comisión de un delito continuado contra la salud pública, y se pide un año más para el que fuera médico del club en ese momento, por falsificación de documento.
La Fiscalía sostiene que administraron a los remeros eritropoyetina (EPO), dexametasona, nandrolona, hormona luteinizante y tetracosactina, entre otras sustancias estimulantes y hormonas, algunas de las cuales pueden ocasionar graves trastornos de salud e incluso pueden llegar a provocar la muerte.
El Ministerio Fiscal inició una investigación de oficio sobre el supuesto dopaje en Urdaibai tras unas acusaciones del preparador de la sociedad de remo Kaiku de Sestao, José Luis Korta, al término de la celebración hace cinco años de la Bandera de la Concha de San Sebastián, y el propio Korta se ha personado en este juicio como acusación popular, con una petición de penas superior a la del ministerio público.
Leer más: Dopaje remero Urdaibai: "Nos pinchaban más de ocho jeringuillas diarias" - MARCA.com
Un
remero de Urdaibai en 2010, cuando supuestamente el club administraba
sustancias prohibidas a sus deportistas, afirmó que se les inyectaba
diariamente más de ocho sustancias, gracias a lo cual remontaron su
malos resultados y ganaron la Liga ACT, además de la Bandera de La
Concha.
En el juicio que ha comenzado contra la presunta red de dopaje organizada por ese club de remo de Bermeo han declarado los 10 acusados, entre los que se encuentran el presidente, el entrenador, el médico y la enfermera de Urdaibai cuando ocurrieron los hechos, junto a otras seis personas, y también ha comparecido como testigo protegido un remero de esa embarcación.
"Nos pinchaban en la vena, en el hombro, en la tripa, en el culo...", y preparaban "más de ocho jeringuillas, mucho más" para cada remero que se administraban después de los entrenamientos, así como también antes y después de cada prueba, ha indicado el testigo.
Era el propio entrenador, José Manuel Francisco, y la enfermera del club, Arantza Ormaza, quienes solían administrarles ese cóctel de sustancias asegurando a los deportistas que eran vitaminas y hierro, aunque los miembros del equipo sospechaban que no era así.
Relató que un día, después de recibir esas inyecciones, comenzó a sentirse "muy mal, con vómitos, mareos y temblores" y comunicó al club su decisión de no volver a aceptar que se le administrara nada más, tras lo cual el deportista fue apartado del grupo y fue presionado por el entrenador.
Esas prácticas comenzaron cuando ese año llegó la nueva directiva con un nuevo entrenador que les obligaba a pasar por la enfermería a "comer para poder crecer", según les decía metafóricamente mientras les aseguraba que eran "métodos novedosos" dentro de la medicina deportiva y que tenían suerte de estar en un club que lo podía pagar, ha denunciado el deportista.
Tras varias semanas sin inyectarse, en agosto de ese año visitó el club un médico "que se presentó como profesor de la Universidad de Extremadura", Marcos Maynar, quién dijo que "estaba ahí para ayudar a Urdaibai a ganar la Bandera de La Concha y que no cobraría nada si no lo conseguía".
El mismo Maynar, según el testigo protegido, procedió a pinchar a todos los deportistas ayudado por el entrenador, y él mismo accedió a "poner el brazo otra vez", porque confió en la profesionalidad del médico.
Sin embargo, se repitieron sus mareos y vómitos, y decidió no volver a acceder a que le inyectaran porque "se sintió como una víctima" y que se estaban "aprovechando" de él.
Ha señalado que hasta la llegada de Maynar el club tuvo resultados "malos" en la primera parte de la temporada de regatas pero que, cuando comenzaron a multiplicarse los pinchazos, Urdaibai remontó hasta conquistar la liga y que ganaron "sobrados" la Bandera de La Concha.
En la prueba de San Sebastián, como en otras competiciones, el club llevaba dos furgonetas, una de ellas con cristales blindados, donde se les inyectaba antes y después de remar.En su declaración, Maynar ha asegurado que fue a Bermeo en viaje familiar, que sólo asesoró al entrenador sobre la posibilidad de que sus remeros estuvieran recibiendo un entrenamiento demasiado duro y que prestó al club una máquina para hacer análisis específicos.
Ha negado que enviara paquetes con sustancias dopantes al club y que recibiera por ello varias transferencias bancarias, al tiempo que ha asegurado que en realidad él había prescrito esas sustancias para otros fines como un medicamento para la alergia de su hija, otro para la atrofia de testículos que él mismo consumía porque su mujer quería tener un hijo, y otro más para un caballo que había comprado.
El médico del club esa temporada, Borja Garay, ha reconocido que inyectó algunas sustancias como efedrina y carnicor, que había dejado pautadas un anterior facultativo de Urdaibai sin hacer ningún tipo de comprobación de las analíticas de los deportistas y que las compró en la farmacia de su cuñada sin receta médica.
Otra de las acusadas, la esposa de un agente del Cuerpo Nacional de Policía que anteriormente había sido ciclista, ha reconocido que aquel mes de agostó envió tres paquetes con EPO (Eritropoyetina) y Darbepoetina a una entidad bancaria de Bermeo en la que trabajaba el presidente de Urdaibai, Josu Zabalondo, y que por ello recibió 2.400 euros del club.
Los 10 acusados se enfrentan a una petición de pena de la Fiscalía de dos años y seis meses de prisión por la comisión de un delito continuado contra la salud pública, y se pide un año más para el que fuera médico del club en ese momento, por falsificación de documento.
La Fiscalía sostiene que administraron a los remeros eritropoyetina (EPO), dexametasona, nandrolona, hormona luteinizante y tetracosactina, entre otras sustancias estimulantes y hormonas, algunas de las cuales pueden ocasionar graves trastornos de salud e incluso pueden llegar a provocar la muerte.
El Ministerio Fiscal inició una investigación de oficio sobre el supuesto dopaje en Urdaibai tras unas acusaciones del preparador de la sociedad de remo Kaiku de Sestao, José Luis Korta, al término de la celebración hace cinco años de la Bandera de la Concha de San Sebastián, y el propio Korta se ha personado en este juicio como acusación popular, con una petición de penas superior a la del ministerio público.
En el juicio que ha comenzado contra la presunta red de dopaje organizada por ese club de remo de Bermeo han declarado los 10 acusados, entre los que se encuentran el presidente, el entrenador, el médico y la enfermera de Urdaibai cuando ocurrieron los hechos, junto a otras seis personas, y también ha comparecido como testigo protegido un remero de esa embarcación.
"Nos pinchaban en la vena, en el hombro, en la tripa, en el culo...", y preparaban "más de ocho jeringuillas, mucho más" para cada remero que se administraban después de los entrenamientos, así como también antes y después de cada prueba, ha indicado el testigo.
Era el propio entrenador, José Manuel Francisco, y la enfermera del club, Arantza Ormaza, quienes solían administrarles ese cóctel de sustancias asegurando a los deportistas que eran vitaminas y hierro, aunque los miembros del equipo sospechaban que no era así.
Relató que un día, después de recibir esas inyecciones, comenzó a sentirse "muy mal, con vómitos, mareos y temblores" y comunicó al club su decisión de no volver a aceptar que se le administrara nada más, tras lo cual el deportista fue apartado del grupo y fue presionado por el entrenador.
Esas prácticas comenzaron cuando ese año llegó la nueva directiva con un nuevo entrenador que les obligaba a pasar por la enfermería a "comer para poder crecer", según les decía metafóricamente mientras les aseguraba que eran "métodos novedosos" dentro de la medicina deportiva y que tenían suerte de estar en un club que lo podía pagar, ha denunciado el deportista.
Tras varias semanas sin inyectarse, en agosto de ese año visitó el club un médico "que se presentó como profesor de la Universidad de Extremadura", Marcos Maynar, quién dijo que "estaba ahí para ayudar a Urdaibai a ganar la Bandera de La Concha y que no cobraría nada si no lo conseguía".
El mismo Maynar, según el testigo protegido, procedió a pinchar a todos los deportistas ayudado por el entrenador, y él mismo accedió a "poner el brazo otra vez", porque confió en la profesionalidad del médico.
Sin embargo, se repitieron sus mareos y vómitos, y decidió no volver a acceder a que le inyectaran porque "se sintió como una víctima" y que se estaban "aprovechando" de él.
Ha señalado que hasta la llegada de Maynar el club tuvo resultados "malos" en la primera parte de la temporada de regatas pero que, cuando comenzaron a multiplicarse los pinchazos, Urdaibai remontó hasta conquistar la liga y que ganaron "sobrados" la Bandera de La Concha.
En la prueba de San Sebastián, como en otras competiciones, el club llevaba dos furgonetas, una de ellas con cristales blindados, donde se les inyectaba antes y después de remar.En su declaración, Maynar ha asegurado que fue a Bermeo en viaje familiar, que sólo asesoró al entrenador sobre la posibilidad de que sus remeros estuvieran recibiendo un entrenamiento demasiado duro y que prestó al club una máquina para hacer análisis específicos.
Ha negado que enviara paquetes con sustancias dopantes al club y que recibiera por ello varias transferencias bancarias, al tiempo que ha asegurado que en realidad él había prescrito esas sustancias para otros fines como un medicamento para la alergia de su hija, otro para la atrofia de testículos que él mismo consumía porque su mujer quería tener un hijo, y otro más para un caballo que había comprado.
El médico del club esa temporada, Borja Garay, ha reconocido que inyectó algunas sustancias como efedrina y carnicor, que había dejado pautadas un anterior facultativo de Urdaibai sin hacer ningún tipo de comprobación de las analíticas de los deportistas y que las compró en la farmacia de su cuñada sin receta médica.
Otra de las acusadas, la esposa de un agente del Cuerpo Nacional de Policía que anteriormente había sido ciclista, ha reconocido que aquel mes de agostó envió tres paquetes con EPO (Eritropoyetina) y Darbepoetina a una entidad bancaria de Bermeo en la que trabajaba el presidente de Urdaibai, Josu Zabalondo, y que por ello recibió 2.400 euros del club.
Los 10 acusados se enfrentan a una petición de pena de la Fiscalía de dos años y seis meses de prisión por la comisión de un delito continuado contra la salud pública, y se pide un año más para el que fuera médico del club en ese momento, por falsificación de documento.
La Fiscalía sostiene que administraron a los remeros eritropoyetina (EPO), dexametasona, nandrolona, hormona luteinizante y tetracosactina, entre otras sustancias estimulantes y hormonas, algunas de las cuales pueden ocasionar graves trastornos de salud e incluso pueden llegar a provocar la muerte.
El Ministerio Fiscal inició una investigación de oficio sobre el supuesto dopaje en Urdaibai tras unas acusaciones del preparador de la sociedad de remo Kaiku de Sestao, José Luis Korta, al término de la celebración hace cinco años de la Bandera de la Concha de San Sebastián, y el propio Korta se ha personado en este juicio como acusación popular, con una petición de penas superior a la del ministerio público.
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